Una sonrisa perfecta, no es de fiar, pero si es perfecta. Una luminosa belleza en tu cara de doncella. Hermosa. Y eso, la alegría de tenerte cerca. De tenerte lejos. De no tenerte y de que alguna vez, las remotas posibilidades se conviertan en cercanas. En reales. En no-posibilidades, en si-realidades.
Celebro el encuentro, los juegos sin juegos, las veces que digo que no se, y si sé. Los tiros directos al centro de tu mente, que es tu corazón, que es tu pelo, tu olor y tu boca. Los ojos abiertos para el encuentro. El abrazo. Los oídos abiertos para el susurro. La amistad ante todo, amistad mentirosa. Mentirosas ganas de charlar contigo siempre. Siempre que te veo, quiero solo tenerte. Me saco la mortaja de mi deseo. La voto, la espero y la encierro en todas las posibilidades juntas. Pero no veo…. No veo le túnel al final de la luz. No veo luz al final de tu abismo. Veo solo tus ojos, tu cara y tu silencio. Eso… tu silencio. Y ese magro rictus de bohemia que me hace sentir tan bien… ante ti.
Celebro el encuentro, los juegos sin juegos, las veces que digo que no se, y si sé. Los tiros directos al centro de tu mente, que es tu corazón, que es tu pelo, tu olor y tu boca. Los ojos abiertos para el encuentro. El abrazo. Los oídos abiertos para el susurro. La amistad ante todo, amistad mentirosa. Mentirosas ganas de charlar contigo siempre. Siempre que te veo, quiero solo tenerte. Me saco la mortaja de mi deseo. La voto, la espero y la encierro en todas las posibilidades juntas. Pero no veo…. No veo le túnel al final de la luz. No veo luz al final de tu abismo. Veo solo tus ojos, tu cara y tu silencio. Eso… tu silencio. Y ese magro rictus de bohemia que me hace sentir tan bien… ante ti.
