El sartén por el mango. O el mango y el sartén
La eterna manía de tener algo entre manos, algo entre seños
Entre otras cosas.
Y dejarte cerrar todas las puertas.
Dejarte hacer y que deshagas
Dejarte y que me dejes
Para volver a encontrarte
En horario central y por cadena
Nacional de sentimientos
“Ódiame por piedad yo te lo pido”
Y el vals se vuelve como un tango
Y la impiedad y el destino
Un desatino
Y no se cuando me metí en este espanto
No entender, es mi deporte
No entender y hacerme el desentendido
Hacen falta dos para una milonga
Y dar por encontrado, todo lo perdido
Y cerrare el boliche una vez más
Y ya van cuatro, cinco seis, y no se cuanto
Una rubia pasión de terciopelo
Una pelirroja manía de quebrantos
Una morocha decisión de darlo todo
Y una húmeda canción de tus quebrantos
El holograma ya esta completo
No hace falta más
Olvido incondicional
Un caballero sabe ceder
En cada batalla de Lepanto.