lunes, junio 16, 2008

OBSTINACION


¿Que hago, le digo o no le digo? Hace tanto tiempo que la veo que ya no doy más… ¡por dios, no se que hacer! Si es que existe ese señor, me tiene que ayudar. Pero no, que va a existir si no es mas que un personaje literario. Ma si, yo le digo… mmm ¿y si no me da bola? Quizá mañana, tal vez más rato. Un “hola preciosa”. Solo eso. No, eso es muy cursi, muy relamido. Me va a mandar a la mierda. Bueno, y que pierdo. Nada. O si. No, mejor no. La voy a ver todos los días después. Que bajón cuando descubrís que a la persona con la que deseas estar más que nada en la vida no le pasa lo mismo que a vos”. O por lo menos parece no estarlo.

Sin embargo yo me derrito por ella, me doblo todo, me maneja como un pedazo de goma. Si, ya se. No soy de fierro. Y ella es tan fría… tan, pero tan fría. Que me da una pena barbará, me da.