Hace tiempo que me siento raro. Como si hubiese dejado una
vela sin apagar. Una hornalla encendida. La leche en el fuego; sin hacer a mi
madre la llamada semanal. Mientras tanto, la vida pasa mientras pensamos en la vida.
La vida duele, sangra, ensucia, despabila. Y en el medio estas vos. Con todas tus bombachas en el
placar. Tu ropa limpia, tu ropa sucia. Tus recuerdos y este silencio que me
aniquila. No tengo patria. ¿O son mis zapatos? No tengo letra. Tan solo un guión a medio terminar. No tengo plata. Apenas la luz de mis recuerdos. Estoy
cansado de tanto, tanto, pero tanto, caminar. No te escondas detrás de arboles tejidos. No te consueles
con que mañana pasará. Lo quiero ahora, no quiero todo, lo quiero siempre. Si me
vas a matar, mátame ya! Como con la determinación que tuviste, cuando empezaste a
quedarte. Como la determinación de no volver nunca mas. No entiendo, al mismo tiempo te entiendo. No sufro, pero me
empiezo a desintegrar. Nuevamente, lo quiero todo o no quiero nada. Nada mas.