"Al final, el amor que recibas, será igual al que des". Desde La Quiaca a Puerto Aysen. Pero afuera la lluvia sigue cayendo, desprevenida, azorada, tan fina y fría. Como tus mensajes en el texto del tiempo, en la red llena de diamantes, tan distante en distancia y sentimiento. Tan desconocida ahora para mí... tan nada. Y siempre todo.
Y no creas que el enojo muerde estas palabras que, tímidas, me buscan para que las elija. No... o en realidad sí. Sin embargo no.
El cúmulo de recuerdos que tengo de tus noches, de tus besos, de tus orgasmos silenciosos, de tus labios gruesos, a lo Eva Méndez, de tus orejas que escuchan mudas y atentas las historias de abuela que tengo para contarte, poco a poco se va disipando. Lento el vacío se va llenando. Y yo mientras tanto, cavilando, prometo no prometerte, no llamarte, menos amarte. Menos a más. Renovado y exultaste.
