sábado, septiembre 15, 2007

DE CÓMO COMPARTIREMOS


Un billar de mármol moreno en cada cadencia. Tu piel. ¡Qué olorosa y sagrada tu piel! Tan solo un colaless que no llegaré a ver por ahora. Un pliegue brillante, sedoso, vibrante, jugoso y más que tierno. Tantos suspiros certeros!
¡Qué hermosas las horas que pasaremos, que magníficos los orgasmos que resultaremos, de nuestra unión perfecta, amistosa, con mucho cariño!
Mientras te espío y te miro, en las tinieblas, en la distancia.
Te asisto con todos ellos, te deseo pero te asisto. Mi tiempo lo paso en eso. Mirando, asistiendo, mirando, asistiendo. Y deseando el momento.
Pero como animal agazapado, sigo esperando. La cacería perfecta, de tiempo conocido, de mimos de abrazos y besos. De caricias en la noche, de madrugadas secas y mojadas. Todo eso me imagino. Todo eso, como amante peregrino. Todo eso. Triste algarabía.

SAGRADO SECRETO DE MIS OJOS


Rendija, sagrada, dorada
Contrapicada, de a cachos, pedazos y
Sodapes. Y un triángulo magnífico, en el marco
Arrogado y soplado, malcriado y hasta desierto
Por tanto sablazo
Bronceado perfecto
Celeste
¡Que cueste mierda!
Y mientras tanto tu bello que desea un final feliz
Desde Almagro, el dock sur y la Cisterna,
Eterna como una película porno
En el horno, deseamos asarnos
En tus helados
En tus brazos
Parqueados
Las piernas de naranja y las nalgas de pomelo
Te quiero
Te quiero mucho y no siento
O escucho las razones de tu piel
O me cuido de mi aliento
Rosagado, simple, y tus pechos
Turgencia aparte, no sabe
Dios te vale
La concha de tu madre.