Un billar de mármol moreno en cada cadencia. Tu piel. ¡Qué olorosa y sagrada tu piel! Tan solo un colaless que no llegaré a ver por ahora. Un pliegue brillante, sedoso, vibrante, jugoso y más que tierno. Tantos suspiros certeros!
¡Qué hermosas las horas que pasaremos, que magníficos los orgasmos que resultaremos, de nuestra unión perfecta, amistosa, con mucho cariño!
Mientras te espío y te miro, en las tinieblas, en la distancia.
Te asisto con todos ellos, te deseo pero te asisto. Mi tiempo lo paso en eso. Mirando, asistiendo, mirando, asistiendo. Y deseando el momento.
Pero como animal agazapado, sigo esperando. La cacería perfecta, de tiempo conocido, de mimos de abrazos y besos. De caricias en la noche, de madrugadas secas y mojadas. Todo eso me imagino. Todo eso, como amante peregrino. Todo eso. Triste algarabía.
¡Qué hermosas las horas que pasaremos, que magníficos los orgasmos que resultaremos, de nuestra unión perfecta, amistosa, con mucho cariño!
Mientras te espío y te miro, en las tinieblas, en la distancia.
Te asisto con todos ellos, te deseo pero te asisto. Mi tiempo lo paso en eso. Mirando, asistiendo, mirando, asistiendo. Y deseando el momento.
Pero como animal agazapado, sigo esperando. La cacería perfecta, de tiempo conocido, de mimos de abrazos y besos. De caricias en la noche, de madrugadas secas y mojadas. Todo eso me imagino. Todo eso, como amante peregrino. Todo eso. Triste algarabía.