sábado, enero 31, 2009

TELETRANSPORTACION


Para variar, estaba angustiado. Muy angustiado. No sé que pasaba pero debía llegar temprano a alguna parte. Tenía que tomar avión. Era raro. Bueno, como en todos los sueños. De pronto, entre mi angustia consuetudinaria, y mi pachorra eterna, me abrazás fuerte. Me hacés el pase mágico. Y me siento volando, literalmente. Bueno, como también pasa en los sueños. De pronto y como por arte de magia, estamos donde debo de estar. A la hora precisa. Sin apuros, llegar temprano, eso que me obsesiona tanto y que al mismo tiempo me da vergüenza. Vergüenza de llegar temprano, vergüenza de ser tan obediente. Adicto.

Y vos estabas ahí. Tan risueña ella, tan seria también. Tan linda. Tan distinta, tanteando una similitud que alguna vez cubrió mi cotidiano. En Ami 8. En verano y en invierno. ¿Qué habrá pasado con todos esos preservativos botados en la cloaca?

Volvamos. Luego de que me teletransportaras, intenté otra vez. Capricho de adolescente. Un segundo intento. El deseo y la magia no llegaron. No llegaron. De nada servían tus frases tranquilizadoras. No podía viajar como antes lo había hecho. No confiaba en mis destrezas. No funcionaba.

Muy conciente estaba. Muy alerta. No me daban arcadas, no me daba nada. Y tenia que llegar urgente. Ese abrazo! Como no poder evocar ese abrazo. Tan tranquilizador. Tan profundamente mío. Nunca más llegué a horario. Nunca mas llegué a destino.