martes, agosto 28, 2007

DULCES CIELOS DESPIADADOS


Voy a aprovechar la mansa y distendida agonía
Del día
Y voy a rememorar a mis antepasados
Mis tardes de cielo
Mis poemas repetidos
Mis ideas, que se mezclan y se plagian
Unas a otras, como toscos
Ladrones despiadados
Y esa tarde de mi barrio
Que por suerte no es tu barrio
Andaré despacio, bajo
Su cielo
Sus pedazos
Y sus trazos
Esto soy yo,
Claro que te extraño
Claro que te amo
Mas no amo, el no amor de mis
Solas madrugadas
Amo la luz de mis ocasos
Esos que suenan destrozados

DEBER SER, DEBER HACER, DEBER AMAR


Entre tantas cintas, revueltas
Tantos monitores, tantas afrentas
Resulta que, ahora, a tientas
Debería ordenar mis sentimientos, mis ideas, mis sentidos Del amor y del deber también
De milagro sigo vivo, bajo el cielo omnipresente
Mis cielos y mis estrellas
Como termas
Como estacas, como cebollas fritas en
La nada
Y mis suburbios
De madera
Solas y a tientas
Debería revisar mis accionares
Debería, y… ¿querría?
Eso esta en duda
Por lo menos esta en duda
Como dura decisión de mis certezas
De mis ganas de vencer y rendirme
Ante los avatares del amor
O lo que sea…
Ante tu vieja y querida figura
Tu sombra de hembra
Que hambrea de a poco mi surco dorado
Mi corazón y mis dardos
Esos que quería tirar
Antes de poner el final
A esta historia
Que puede que nazca muerta
Tal vez, quien sabe
Tal vez
Como esas nubes que dibujan en el cielo
Los estertores de la tarde
De mis noches
De tus lánguidas exequias


(“Vos no me dejaste nena, vos no me dejaste...
Tampoco yo a vos… como el viento voy a volver”)