“Rayos de sol a la hora del sol”, un viento del sol, sol hasta el sol y ese plasma en tu cuerpo de guerrera interminable, radiación de tu canción, que aún sigue repiqueteando en mi mente desde el primer día que la cantaste en el patio de mi casa.
El noventa por ciento del liquido de tu cuerpo me pertenece por merito propio.
No hace mas que sopapear los sentimientos, y desvanecen en conciencia. Ese dios al que te refieres no es mas que un triste personaje literario. Solo comparte guerras y hambrunas, pestes bubónicas y destierros. Helados de vainilla comprados en la esquina.
Cada uno de los besos que me diste, los atesoro aquí, aquí y aquí. Cada resabio de risa que lanzaste al viento, lo recupero cada ves que en la calle, miro al cielo. Febo asoma, ya sus rayos. Que iluminan el patético esperpento. Para saber donde se encuentran las verdades de la tierra. Para comparar la divina providencia de tu vulva.
Como te dije. Me acorde de algo que tenia y ya no tengo. Mientras tanto el sol sigue saliendo para todos. Plasma en el sol. Viento en el viento. Amor en el desamor del destierro.
"Solo un poquito no más" (Charly García)
