martes, febrero 10, 2015

TU ATALAYA DE MENTIRAS





Si tuvieras el don de aparecer en montañas  blancas de pureza, te hubiese dejado partir. Pero el miedo a la verdad es inmovilizante. Tu miedo a la verdad mentirosa que me contaste. Tríos, cuartetos, cantando a viva voz las ventajas de huir,  de hacer mutis por el foro de una manera poco decorosa. Es mas fácil esconder la basura bajo la alfombrar que cargar con cadáveres que tu capricho no quiso domesticar (aun más). Tosca.
Y una puteada. Tan solo una que me hubiese salvado de tanta mentira adolescente. Tanto atalaya construido en un doble apellido que al final no sirve para nada. Tan solo para llenar papeles blancos, como la blanca mañana  o la blanca noche.
Aquella que nos esperaba para jugar a las escondidas.
Me queda una marca de espejo sobre la pared, indeleble. Y un montón de excusas groseramente pueriles.
Postrera. Pedestre. Longeva, y fotos lampiñas que nunca borré para mi satisfacción personal y mezquina. La factura que siempre tendré para vos.
No vuelvas. Ya perdiste la esencia. Solo queda un video porno de entrecasa, robado al destino. Maldita costumbre que ya no te importa.   
Te odio! Y Te amo, como nadie lo había hecho antes. Extraño privilegio el de los amantes despechados.

No hay comentarios.: